top of page

REYNO: HIMNOS DE 2 MUNDOS



La melancolía luminosa y los paisajes sonoros que Reyno ha tejido durante una década están a punto de encontrar su clímax. Este 10 de abril, el Auditorio Nacional se transformará en un templo para los fieles de la banda que ha marcado a toda una generación con letras que hablan del alma, de la nostalgia y de la eterna búsqueda de la luz en medio de la penumbra. El cierre de la gira de sus 10 años promete ser una noche inolvidable, cargada de emociones que nos harán vibrar con cada acorde.



Reyno no solo ha conquistado escenarios; ha sabido construir un refugio en el que sus seguidores encuentran consuelo y libertad. Y es imposible hablar de su legado sin mencionar tres de sus himnos más entrañables: “Dos Mundos”, “Nunca Me Dejes” y “Ay de Ti”.


“Dos Mundos” es, sin duda, un manifiesto de la dualidad que habita en cada uno de nosotros. Desde su inconfundible introducción, la canción nos envuelve en una atmósfera introspectiva que explora la distancia entre lo que somos y lo que anhelamos ser. Es un viaje entre la luz y la sombra, una oda a la coexistencia de sentimientos encontrados, que en cada concierto se convierte en un coro colectivo que estremece hasta los huesos.



Por otro lado, “Nunca Me Dejes” es un grito desesperado y al mismo tiempo lleno de esperanza. Es ese ruego que todos hemos sentido alguna vez, una súplica desgarradora que se convierte en un puente entre el miedo a la soledad y la fe en la permanencia del amor. En vivo, esta canción se vuelve un momento catártico, con miles de voces que se unen en un solo clamor bajo las luces tenues del escenario.


Y qué decir de “Ay de Ti”, una joya que encapsula la esencia misma de Reyno: poesía pura envuelta en guitarras hipnóticas y una interpretación vocal que atraviesa el pecho. Es una advertencia vestida de melancolía, un llamado a reconocer el dolor propio y ajeno con la valentía de quien se ha reconciliado con sus heridas.



La expectativa por este concierto final no podría ser mayor. Los seguidores de Reyno —que han acompañado a la banda en cada paso de esta travesía— saben que esta será una noche cargada de memorias, de agradecimientos y, sobre todo, de esa magia inigualable que solo Reyno sabe invocar. Las luces del Auditorio Nacional se encenderán para rendir homenaje a 10 años de historia, de crecimiento y de conexión profunda con el público.



Así que prepárense para vivir una velada donde el tiempo se detendrá, donde las canciones se transformarán en abrazos, y donde los latidos de miles de corazones resonarán al unísono. Porque Reyno no solo está cerrando una gira; está celebrando una década de sueños compartidos. Y tú no puedes perdértelo.

bottom of page